Iván Velásquez, en al menos dos ocasiones, se ha visto cercano a Rusia. Su gestión más cuestionada –más no la única– fue como comisionado de la extinta Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).  

Hemeroteca. Al mando de la CICIG, Velásquez condujo varios casos en los que se le señaló por su control sobre las instituciones de justicia, particularmente sobre el Ministerio Público (MP) dirigido entonces por Thelma Aldana.

• Los señalamientos apuntaban a que tal control tenía un fin político –y electoral, como se vio con la fallida candidatura presidencial de Aldana– pero también hubo quién advirtió que podría tener también un fin económico. 
• El abogado Alfonso Carrillo proveyó asesoría jurídica a la CICIG, pero su relación con Velásquez no se limitó a servicios legales.  
• La estrecha amistad entre ambos le permitió a Carrillo instrumentalizar a la comisión –bajo órdenes de Velásquez– para avanzar casos en los que él tenía interés profesional, que le redituaron enormemente.  

Visto y no visto. En 2014, Carrillo es contratado por Gazprombank, un banco ruso bajo el control de Vladimir Putin, el autocrático presidente de Rusia. A partir de entonces, una denuncia de un banco ruso –el VTB, también controlado por Putin– que no avanzaba en el sistema de justicia guatemalteco, repentinamente, pasó de la Fiscalía Metropolitana a la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI), el brazo de la CICIG dentro del ente investigador. 

• Por solicitud directa de Velásquez y bajo órdenes de Aldana, el caso fue trasladado de fiscalía, confirmó una fuente de la extinta comisión*
• A raíz de ello capturan a una familia rusa, los Bitkov, quienes, huyendo de Rusia, adquirieron nuevas identidades y documentación guatemalteca. 
• Los Bitkov, son perseguidos por los bancos rusos por supuestos malos manejos financieros. 

Por qué importa. La pronta y eficaz acción de las autoridades para involucrar a los Bitkov en un entramado de tráfico de personas y falsificación de documentos –no por delitos financieros– surtió efecto. Fueron capturados tan solo dos meses después de que la CICIG interviniera.

• La alegada influencia del aparato de persecución de Putin llegó hasta oídos del congreso estadounidense. EE. UU. fue el principal donante de la CICIG. 
• Por las graves sospechas de la vinculación con Moscú y a raíz de los testimonios recibidos, entre los que contó el de Bill Browder, un respetado empresario y activista en contra de Putin, EE. UU. suspendió la ayuda a la comisión y US$ 6M fueron congelados. 
• Esa fue la primera vez que Velásquez se vio relacionado con Rusia y sus intereses. Lo marcaría de ese momento en adelante. 

Ecos regionales. Tras el fin del mandato de la CICIG y luego del triunfo de Gustavo Petro en las elecciones presidenciales colombianas, uno de los primeros nombramientos anunciados fue el de Velásquez como ministro de la Defensa. 

• Su gestión a cargo no solo del ejército, sino también de la policía, ha tenido varios sobresaltos; su carrera en el sector justicia no necesariamente lo califica para manejar la seguridad colombiana, algo que ha quedado en evidencia por el aumento de los índices delincuenciales en Colombia. 
• No obstante, la “trama rusa” volvería a aparecer en la carrera de Velásquez: el mantenimiento rutinario de unos helicópteros de fabricación rusa (MI-17) y la adquisición de repuestos. 
• Si bien la invasión rusa a Ucrania proveyó una excusa perfecta para no proceder con el mantenimiento, fuentes internas han revelado que lo que detuvo a Velásquez fue la posibilidad de que nuevamente se le vinculara con Rusia, como ya había ocurrido al frente de CICIG. 

En conclusión. Una nueva vinculación con Rusia pone a Velásquez en una situación difícil. La sola gestión administrativa por funcionarios de la cartera de Defensa para el mantenimiento de los MI-17 ocasionó la destitución de personas que habían acompañado a Velásquez por más de dos décadas, incluido su paso por CICIG. Lo cierto es que la posibilidad de que se le vuelva a relacionar con Rusia lo hace, incluso, echarle la culpa a EE. UU., a pesar de que aquel país ofreció comprar los helicópteros por US$300M. Petro rechazó la oferta. Pareciera que su nombre, Iván, no es lo único que vincula al ministro Velásquez con Rusia. 

*Por error de redacción, este párrafo no se incluyó en el boletín de República Política y se agregó a la versión web el mismo día, a las 11:43 a.m.